Cuando decides crear un negocio por tu cuenta, son muchos los retos y miedos a los que te enfrentas. Realmente, hasta que no te metes en harina, no te das cuenta del calado del asunto. Porque, en realidad, todo es aún más complicado de como te lo han contado.
Entre todos los problemas que te encuentras por el camino, hay uno que es especialmente complicado: saber distinguir qué tipos de costes tiene una empresa y cómo clasificarlos.
Saber distinguir qué tipos de costes tiene tu empresa y cómo clasificarlos te ayudará a controlar la economía de la empresa. Clic para tuitearEste paso es clave para cualquier negocio: es la base para controlar la economía de la empresa, mantener las cuentas saneadas y hacer presupuestos correctamente para no perder dinero. Casi nada.
A ver, conocer los tipos de costes de tu empresa no te asegurará el éxito de la misma; sin embargo, si no tienes claras estas partidas de dinero, podrás tener problemas a largo plazo.
Así que, ¿para qué esperar? ¡Allá vamos!
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Clasificación más común de los tipos de costes
¡Atención!
Aviso a navegantes antes de meterse en camisas de once varas: esta clasificación no es una lista cerrada. Es una breve aproximación a la clasificación que más se utiliza que, esperamos, te sirva para fijar tu estructura de costes.
Y es que hemos tomado las categorizaciones de costes más utilizadas en las empresas, es decir, identificar los costes según su comportamiento, su naturaleza o según su imputación.
Tipos de costes según su comportamiento
Esta tipología hace referencia a la relación entre un coste y su implicación en la fabricación de un producto o la prestación de un servicio. De esta manera, podemos distinguir entre dos grandes grupos:
- Costes fijos: este tipo de costes se denominan así porque se mantienen invariables independientemente del nivel de ventas de una empresa. Es decir, estos costes no varían por mucho que en un período concreto no se venda ningún producto o no salga ningún trabajo adelante. Por ejemplo, para una agencia de diseño, un coste fijo sería licencia de Photoshop. No importa que durante un mes no salgan proyectos; esa licencia se va a pagar sí o sí.
- Costes variables: este tipo de costes se comportan de manera contraria al anterior. Se denominan variables porque dependen de nivel de producción y ventas o la prestación de servicios. Siguiendo con el ejemplo anterior, un coste variable sería la compra de los derechos de una galería de imágenes para desarrollar la identidad de una compañía. ¿Por qué es variable? Porque, si ese proyecto no se llevase a cabo, no sería necesario realizar esa compra.
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Costes según su naturaleza
En este caso, la clasificación se hace dependiendo de dónde provengan los costes:
Amortizaciones: las amortizaciones de materiales, maquinarias y equipos informáticos son muy comunes en las compañías. Y son muchos los que no tienen claro qué papel juegan a la hora de establecer precios de tarifas y productos.
Para calcular las amortizaciones de los activos de las empresas, se tienen en cuenta dos aspectos: por un lado, el precio del bien y por el otro, el período de tiempo que ese activo va a ser usado. Teniendo en cuenta estas dos variables, amortizar es dividir el tiempo que estimamos que va a durar ese activo entre el precio que hemos pagado por él.
Por tanto, a la hora de hacer nuestra contabilidad, no podemos decir que, por ejemplo, un ordenador nos ha costado 2.000€. Contablemente nos ha costado 2000€ entre 8 años (tiempo estimado máximo que dura un ordenador según la Agencia Tributaria). Es decir, nos cuesta 250€ al año durante los años que se va a utilizar esa herramienta.
Si quieres más información sobre los coeficientes de amortización de una empresa, te dejo este enlace de la Agencia Tributaria en el encontrarás todos los datos.
- Costes de personal: como es obvio, los costes de personal son una parte muy importante en la economía de una empresa y se tienen en cuenta a la hora de establecer el precio de los productos o servicios que ofrezca la empresa.
- Financieros: este tipo de costes hace referencia a posibles gastos derivados de préstamos, hipotecas y de productos financieros.
- Materias primas: estos costes se utilizan de manera directa para fabricar un bien o prestar un servicio. Por ejemplo, las aceitunas necesarias para fabricar aceite o esas ricas aceitunas rellenas del aperitivo antes de comer.
- Suministros y arrendamientos: otro de los costes que no podemos dejar de lado es el derivado de los alquileres y suministros del lugar de trabajo: luz, agua, local, internet, teléfono…
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Costes según su imputación
Atendiendo a esta clasificación, se distinguen:
- Costes directos: se identifican con facilidad porque se atribuyen de manera inequívoca al core del negocio. Por ejemplo, en Quoters, el coste de Amazon Web Services (donde alojamos nuestros servidores) representaría un coste directo para nosotros.
- Indirectos: por el contrario, los indirectos son más difíciles de identificar ya que resulta complicado establecer qué porcentaje de este coste interviene en la fabricación de un producto o la prestación de un servicio.
Y tú… ¿Qué tipos de costes tienes en tu empresa? ¿Conoces más maneras de clasificar los costes? O, yendo más allá… ¿Sabías que con Quoters puedes organizarlos, guardarlos y ser más ágil en tus presupuestos?
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